¿Por qué mi bebé tiene dificultades para conciliar el sueño?
El sueño de los bebés es una fuente frecuente de preocupación para los padres primerizos. El llanto, la agitación o las siestas cortas suelen plantear la misma pregunta: ¿por qué mi bebé tiene dificultades para conciliar el sueño? En este artículo, destacamos las posibles causas y le ofrecemos algunas pautas para ayudar a su bebé a dormir mejor.

Comprender los fundamentos del sueño en los lactantes
Durante los primeros meses de vida, el sueño del bebé es fragmentado. Duerme en ciclos de 30 a 45 minutos, compuestos por fases de sueño tranquilo, agitado y profundo. Antes de los 3 o 4 meses, su sueño está regulado principalmente por el hambre y las necesidades fisiológicas. Solo a partir de esa edad, su cerebro comienza a producir con mayor regularidad melatonina, una hormona que favorece el sueño.
El ritmo circadiano, que permite distinguir el día de la noche, se construye poco a poco. Se desarrolla gracias a la luz, a una rutina establecida y a una sensación de seguridad.
El papel de las hormonas: melatonina y cortisol
La melatonina, también conocida como «hormona del sueño», se produce por la noche en respuesta a la oscuridad. Guía al cuerpo del bebé hacia el sueño. Sin embargo, esta secreción puede verse alterada por:
- una exposición excesiva a las pantallas o a la luz brillante,
- la falta de una rutina,
- un entorno demasiado estimulante para dormir (luces nocturnas, juguetes luminosos, agitación).
El cortisol, por su parte, es la hormona del estrés. Ayuda a mantenerse despierto durante el día, pero si está presente en exceso por la noche, impide conciliar el sueño. El cansancio excesivo, el estrés o una necesidad emocional insatisfecha pueden aumentar su nivel y bloquear la melatonina.
¿Demasiado cansado para dormir? El círculo vicioso
Se podría pensar que un bebé muy cansado se duerme más fácilmente. Sin embargo, si permanece despierto durante demasiado tiempo, su cuerpo produce cortisol para mantenerlo alerta. El resultado: se agita, llora, pide mimos y se niega a acostarse.
Esta falta de descanso provoca una falta de sueño, lo que debilita aún más su ritmo. El cuerpo sigue produciendo cortisol y las siestas se acortan, las noches se vuelven más agitadas. Entonces se puede instalar un verdadero círculo vicioso.
¿Por qué el bebé tiene dificultades para conciliar el sueño?
Hay varias razones que pueden explicar las dificultades para conciliar el sueño en un bebé:
Un entorno demasiado estimulante
Demasiada luz, ruidos alrededor o actividades demasiado dinámicas antes de acostarse pueden impedir que se calme.
Un ritmo que no se respeta
Si se pierde el momento adecuado para acostarse, el cuerpo pasa al modo «alerta», lo que dificulta conciliar el sueño.
Una rutina inestable
Los bebés necesitan referencias regulares para sentirse seguros y prepararse para dormir.
Necesidad de contacto y seguridad
Algunos bebés necesitan sentir la presencia tranquilizadora de sus padres para poder calmarse.
Malestar físico
Hambre, pañales sucios, dentición, cólicos... son pequeños malestares que pueden impedir que el bebé duerma tranquilamente.
Una regresión del sueño
En ciertas etapas clave del desarrollo (alrededor de los 4, 8, 12 o 18 meses), el sueño puede verse alterado por cambios motores o emocionales.
¿Cómo saber si mi bebé está cansado?
Es fundamental aprender a detectar los primeros signos de cansancio:
- mirada evasiva,
- cejas enrojecidas,
- bostezos,
- frotarse los ojos o la nariz,
- llanto sin motivo aparente,
- movimientos descoordinados.
Es el momento ideal para empezar la rutina para irse a dormir. Pasada esta fase, se cierra la «ventana del sueño» y aumenta la agitación.
5 consejos para conciliar el sueño
Respetar los tiempos de vigilia
Según su edad, el bebé puede permanecer despierto entre 45 minutos (recién nacido) y 2 horas (hacia los 6 meses).
Establecer una rutina sencilla
Baño, masaje, cuento, luz tenue, canción suave...
Crear un entorno relajante
Habitación oscura, temperatura entre 18 y 20 °C, ruido blanco si es necesario.
Tranquilizar sin culpar
Si el bebé se duerme en brazos, es porque lo necesita. No es un mal hábito, es simplemente una necesidad natural a esta edad.
Analizar el sueño durante 24 horas
La falta de siestas durante el día dificulta conciliar el sueño por la noche.
La necesidad de contacto es normal
A los 3 meses no existen «malos hábitos». El bebé necesita que lo cojan en brazos, lo mecen, lo amamanten, lo toquen. Así es como construye su seguridad afectiva. El vínculo, la confianza y el apego favorecen a largo plazo un sueño autónomo.
¿Cuándo consultar?
Si su bebé duerme menos de 10 horas al día después de los 6 meses, llora mucho cada vez que se acuesta o muestra signos de malestar persistente, es recomendable consultar a un profesional (pediatra, especialista en sueño, osteópata).
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