¿Dar un chupete al bebé desde el nacimiento: ¿buena o mala idea?

Chupete, tetina, chupete... No importa cómo se llame, el chupete suele ser objeto de debate. Algunos lo consideran una ayuda, otros temen los efectos secundarios sobre el sueño, la lactancia o la dentición. Entonces, ¿hay que darle un chupete al bebé desde los primeros días de vida? Repasamos las ventajas, los riesgos y los consejos prácticos para un uso adecuado. 

¿Dar un chupete al bebé desde el nacimiento: ¿buena o mala idea?

La succión en el recién nacido: una necesidad fundamental

Mucho antes del nacimiento, es decir, desde las primeras semanas de embarazo, el bebé desarrolla el reflejo de succión. Este gesto innato le permite alimentarse nada más llegar al mundo, pero también tiene una función emocional y sensorial esencial, ya que succionar tranquiliza, calma y reconforta. Por lo tanto, no es de extrañar que algunos recién nacidos busquen instintivamente su pulgar o succionen su puño. 

No todos los bebés tienen el mismo nivel de necesidad de succión: algunos se sacian con el pecho o el biberón, mientras que otros necesitan prolongar este gesto fuera de las comidas. En estos casos, el chupete puede convertirse en una verdadera herramienta de consuelo. 

Chupete desde el nacimiento: ¿es recomendable? ¿Es una buena idea?

El chupete se puede ofrecer muy pronto, desde el momento del nacimiento, pero su introducción debe respetar ciertas pautas. En el caso de los bebés alimentados con biberón, no hay contraindicaciones para ofrecer un chupete desde los primeros días. Sin embargo, en el caso de los bebés amamantados, los profesionales de la salud recomiendan esperar a que la lactancia esté bien establecida, es decir, entre 3 y 6 semanas, para evitar cualquier confusión entre la succión nutritiva (el pecho) y la succión de confort (el chupete).

También es fundamental no ofrecer el chupete de forma sistemática. Antes de introducirlo en la boca del bebé al menor llanto, hay que preguntarse: ¿tiene hambre? ¿Necesita un abrazo? ¿Se encuentra incómodo? A veces, basta con un poco de contacto piel con piel o unas palabras dulces. El chupete nunca debe convertirse en un reflejo automático.

Las ventajas de un chupete bien utilizado

Una poderosa herramienta para calmar

Al succionar, el bebé segrega endorfinas, hormonas del bienestar. El resultado: se calma, se relaja y se duerme más fácilmente. Por lo tanto, el chupete puede ser muy útil en momentos de gran agitación, durante los viajes en coche, las citas médicas, los cólicos o antes de acostarse.

Facilita el sueño

Algunos bebés tienen dificultades para conciliar el sueño sin succionar. Para ellos, el chupete puede ser una puerta de entrada al sueño, especialmente entre dos fases de sueño ligero.

Reducción del riesgo de muerte súbita del lactante

Los estudios indican que el uso del chupete durante el sueño reduce el riesgo de muerte súbita del lactante. La succión mantendría las vías respiratorias abiertas y evitaría que el bebé durmiera en una posición peligrosa (con la cara contra el colchón). Este beneficio está reconocido por varias autoridades pediátricas internacionales.

Menor impacto bucodental que el dedo

A largo plazo, chuparse el dedo puede causar más deformaciones dentales que el chupete. ¿Por qué? Porque el dedo es más rígido y ejerce una mayor presión sobre el paladar. El chupete, sobre todo si tiene una forma fisiológica, se adapta mejor a la boca del bebé y se puede quitar fácilmente.

¿Qué inconvenientes hay que tener en cuenta?

Riesgo de dependencia

Si se ofrece el chupete con demasiada frecuencia, puede convertirse en indispensable para dormirse o en situaciones de estrés. Esto a veces complica las noches, ya que el bebé puede despertarse llorando si se le cae de la boca.

Problemas dentales y deformaciones

Aunque el chupete es menos agresivo que el dedo, su uso (más allá de los 3 años) puede modificar la posición de los dientes y el crecimiento del paladar. Se recomienda limitar su uso durante el día y comenzar a retirarlo gradualmente entre los 2 y los 3 años.

Retraso en el lenguaje

Cuando el chupete está constantemente en la boca, impide que el niño practique el habla. Los logopedas señalan que esto puede retrasar el aprendizaje del lenguaje, sobre todo si se sigue utilizando después de la edad escolar.

¿Cómo elegir y utilizar correctamente el chupete?

A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos:

  • Forma: opta por un chupete fisiológico u ortodóntico, que respete la forma del paladar.
  • Material: silicona (resistente y neutra) o caucho natural (flexible y suave). Evite el látex en caso de alergia.
  • Tamaño adecuado: respete las edades indicadas (0-6 meses, 6-18 meses, etc.) para una mejor ergonomía.
  • Higiene: esterilice regularmente y sustituya el chupete cada dos meses. Deséchelo si está dañado.
  • No lo ate al cuello: cuando el niño duerma, retire los cordones para evitar cualquier riesgo de estrangulamiento.

¿A qué edad hay que dejar el chupete?

La mayoría de los niños dejan el chupete espontáneamente entre los 2 y los 4 años, a menudo al empezar el jardín de infancia. Para acompañar este proceso, valore los momentos sin chupete, propóngale que lo deje en la cama o que solo lo use para la siesta. También se puede dar sentido a este cambio: «Ahora que ya eres mayor, ¡puedes jugar sin chupete!».

Los libros o los pequeños rituales pueden ayudar, pero evite forzar, ya que la separación debe hacerse respetando el ritmo de su hijo.

Por lo tanto, la respuesta es sí: dar un chupete desde el nacimiento puede ser una buena idea, siempre que su uso sea reflexivo y se adapte a las necesidades de cada bebé.

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Especialista en seguridad del sueño del bebé
Publicado por : Nanny Care Especialista en seguridad del sueño del bebé
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